marian_rosales

Me pregunto a veces porqué no podemos disminuir la alta incidencia de algunas patologías que aparecen en nuestra sociedad como ocurre con el tema de las adicciones. En el discurso social es conocido y escuchamos con gran frecuencia el tiempo que los niños y adolescentes pasan ante las pantallas, ya sea en videojuegos,redes sociales,etc lugares de los que no se separan o incluso les puede suponer una crisis de ansiedad prescindir de ellos.

El dar pautas o tener buena voluntad no parece que disminuya las estadísticas a las que asistimos a pesar que se crean hasta departamentos especializados, programas para rehabilitar funciones cognitivas

La psicóloga psicoanalista Pilar Puertas Tejedor plantea que la adicción es una autocura privada. ¿De que se estaría curando la persona?. esta autocura privada neutraliza un estado angustioso, difuso y extraño que es la manifestación de un núcleo depresivo no mentalizado. No se manifiesta con síntomas de tristeza, culpa, apatía..la persona se siente invadida de angustia y a través de lo adictivo lo puede soportar, es decir es su forma de salida, es un mal menor ante el sufrimiento.

Me pregunto si en los tiempos que vivimos tan rápidos, de relaciones tan líquidas con cambios vertiginosos, no estaremos cociendo a fuego rápido lo que necesita fuego lento, empujando a soluciones concretas, cerradas donde se pierde de vista la singularidad y la historia de cada persona.

En la adolescencia donde cuerpo y mente va a sufrir pérdidas para adquirir grandes ganancias, no lo olvidemos, en ese tránsito los estados angustiosos, depresivos y extraños son frecuentes y necesitan de un enorme sostén emocional por parte de iguales y adultos, pero si ésto no ocurre los adolescentes buscarán ese respaldo en aquello que esté accesible, y si podemos hipotetizar que a mayor nivel de angustia sin respaldo emocional adecuado, mayor riesgo que se haga un uso desmedido de objetos tecnológicos o redes sociales.

Serge Tisseron, psicoanalista habla de la necesidad de que los padres estén presentes en la infancia y en la adolescencia para que aprendan a hacer un buen uso de pantallas y se pueda prescindir de ellas. Toda la información que reciben la tienen que transformar en conocimiento y esta tarea necesita del otro no lo pueden hacer solos.

Escucho desde hace tiempo que los videojuegos pueden afectar de forma negativa en nuestros adolescentes y niños. Cualquier objeto que se haga mal uso termina perjudicando, sin ir más lejos la comida por exceso o defecto puede sufrir un destino parecido.

Me gustaría compartir otra forma de empezar a pensar en los videojuegos, no como trastorno que producen, adicciones, aislamiento social, agresividad, y todo el elenco de trastornos y sintomas que estamos acostumbrados a escuchar en medios sociales y tambien profesionales. Los videojuegos como terreno propio de los adolescentes, en un tiempo donde los adultos mas que nunca quieren ser como ellos, vestirse como ellos, salir de fiesta con ellos…en los videojuegos se presenta un lenguaje, unos codigos donde muchos de nosotros somos los ineptos y ellos los reyes. ¿ Acaso la adolescencia no se trata de ésto, de transcender el momento social y crear algo distinto y original? La psicologa y psicoanalista Pilar Gomez planteaba que los adultos habiamos robado el deseo de nuestros jovenes haciendolo nuestro, se refería a todas las facilidades que encuentran a su paso para conseguir sus deseos, donde el ingenio, el esfuerzo, la espera no se pone en juego, al darles todo le robamos todo, que paradoja… porque el deseo es el motor que lleva a las mayores heroicidades y desastres humanos, por qué no decirlo. Nos quedamos fuera sin entender tantas horas ante la pantalla, gritamos, nos enfadamos ante lo extraño del fenómeno que adquiere tintes cuasidemoniacos, y se defenestra socialmente como ocurrió en otras épocas con aquello que irrumpía y rompía el orden establecido, cuando dejaba al hombre sin certezas y saberes.

Otro aspecto de los videojuegos que me parece importante, dramatizan lo que ocurre a nivel social. En una época donde matar al otro (insultar, despreciar,faltar a la verdad, engañar, manipular) está a la orden del dia. Un lugar de denuncia y representacion visible de una pelea presente que ellos tienen que lidiar y digerir en su tránsito a la edad adulta.

Curiosamente dentro de la voragine de destruccion que aparece en estos juegos, existen códigos en el juego propiamente y entre los jugadores, que si son desatendidos te quedas fuera de la comunidad virtual. Entonces en un momento social donde la violencia doméstica es alta, la crispación social y personal evidente nos planteamos que nuestros chicos se hacen violentos por los videojuegos, no que en los videojuegos se hable de todo esto de forma disfrazada o a veces encarnizada. La violencia está presente aun cuando estén ausentes los gritos o conductas que la representan. ¿Acaso el cinismo, la crítica facil, etc no son formas de violencia bien vistas?

Como psicólogo que trabaja en Aranjuez con más de 20 años de experiencia clínica, los videojuegos en consulta son la expresión de conflictos donde la palabra aún no ha conquistado la psique. Nos encontramos con casos de adolescentes y niños que llegan a la consulta haciendo un uso desmesurado de los videojuegos, y será posible a través de éstos, el poder empezar a trabajar el conflicto que subyace debajo de este uso inadecuado.